lunes, 4 de junio de 2012

Cuando te acuerdas de esos días: te ries...

MIentras el tiempo carcomía la paciencia de mi esposa por no llegar tarde a su trabajo, mi vecino con la sobnolencia de la mañana se dispone a darme paso, debido a que su vehículo, obstaculiza el mío. Lentamente retiraba su vehículo mientras mi esposa, lo insultaba insistentemente.

Luego de llegar puntual al trabajo de esposa, decidí ir a sacar la famosa nueva cédula de identidad con 16 seguridades. No sé si esas "16 seguridades" justifican el tiempo que te toma sacarla. A mi me tomó tres horas, y creo que es el mejor de los casos.
Todo empezó con una larga fila para realizar el pago en el banco con sucursal en el Registro Civil, pero no por eso dejó de ser larga la fila. Despues de media hora pude pagar y dirigirme al subsuelo a esperar la verificación de datos; la pantalla de atención (que determina el turno y la oficina de atención) iba en el 289 y mi turno era el 389. Mientras la gente iba y venía, el sentír común coincidía en que el mejor logro, es salir lo más pronto con tu cédula y esperar no volver nunca.
Luego de una hora mi turno llegó, y con el optimismo y fé en nuestro sistema público me llevó a creer que me desocuparía rápido.
Todo iba bien hasta que me preguntaron por datos de mi papá. En la verificación primero me dijeron que él aparecía como muerto, lo que me dió un susto tenaz. Luego al confirmar que el difunto, era mi abuelo, en el sistema no aparecía registrado mi papá.
Entonces la cordial señorita me imprimió el detalle de lo que debía hacer: sacar en Turubamba (al otro extremo de Quito) la partida de nacimiento para poder saber quién era mi papá.
Pues por momentos la Señorita del Registro Civil me dejaba la duda de ser engendrado por el Espíritu Santo, pero luego mi razón tomó el control, y tuve que averiguar el número de cédula de mi Papá y con eso pudieron confirmame todos los datos. Media hora despues me dieron mi nueva tarjeta de identidad más segura, ya para las 11am.

Al salir del Registro Civil, vi que mi vehículo parqueado en la "zona azul" tenía un "candado" en la llanta. Gracias a la buena información de los vendedores de tickets de parqueo (estoy siendo sarcástico) me demoré 10 minutos en saber que tengo que hacer para que me retiren el candado por quebrantar la ley municipal (por desconocimiento).
Al encontrar al policía municial, con claridad y eficiencia me emitió la multa e informó lo que debía hacer. Luego de correr por la 10 de Agosto y Naciones Unidad a la agencia bancaría y llenar la papeleta de depósito; pagué la multa de $26.
Al regresar me percato que la placa del vehículo escrita en la multa no es la de mi vehículo. Eso implica que pagué la multa de otro vehículo y no del mío.
Para eso me llaman de la empresa de transporte en la que iba a viajar por motivos de trabajo y me dicen: que en 15 minutos me pasan recogiendo por mi casa.
Yo desesperado le explico al policía metropolitano la circunstancia de mi viaje y por otro lado el error que cometió al llenar la multa; pues en realidad cuando una persona quiere ayudarte lo hace; y en efecto corrige el error y me quita el candado.
Tomo mi vehículo y tropiezo con el tráfico vehícular de Quito, en mi dribleo, para llegar al destino de donde me recogería mi transporte, tomo por accidente una calle en sentido contrario y me encuentro en mi delante con un patrullero que cruzaba la intersección, pero la ineficiencia de la polícía me fue favorable, ya que miraban los cuatro policias del interior del vehículo hacia el otro lado de donde me encontraba yo.
Finalmente fui recogido y emprendí mi viaje. Siendo la moraleja la siguiente: En Quito el tiempo pertenece a la gente, porque cuando te ayudan te sobra tiempo, pero cuando no quieren ayudarte pueden quitarte todo un día. JoPhY

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