jueves, 1 de julio de 2010

Cronología del Príncipe Sapo


Érase una vez en la ciudad de Quito, en un día donde las flores rociaban de perfumes naturales el aire, los pájaros cantaban melodías al cielo y en la famosa maternidad Isidro Ayora fue donde descubrí al mundo o el mundo me descubrió. En fin, ese fue el punto de partida donde empieza mi vida.

Con papá, mamá, tres hermanos mayores a mi, abuelos, entré en el marivilloso aprendizaje de la forma de sobreviviencia básica que un ser humano puede tener. Meterse todo objeto que lograba alcanzar a la boca para deleitarme con sus sabores y horrorizarme con otros. Aprender a caminar con piernas torpes que me llevarían al lugar de mis travesuras. Durante mis cortas travesías estaban acompañadas de las caídas, caer hacia delante, caer hacia atrás, caer de lado, aprendiendo la lección más importante de la vida; saber como caer para volver a levantarme.

Recuerdo que toda la atención se concentraba en mi, era el menor de la familia, incluso por parte de papá; como todos me cuidaban (creo que no ha cambiado mucho)estuve rodeado siempre de mucho afecto.
También debo mencionar sobre los abusos, como cuando mis hermanos botaron mi biberón por la ventana y lloré toda la noche y mi abuelo compadeciendoce de mi, salió a la madrugada para buscar y comprar un biberón para mi.
Las reiteradas salidas de juego con mi hermano, el retorno era como quién vuelve del campo de batalla: sucio, cansado, y con alguna herida. Luego de parchar mi frente o mi cabeza o mis codos o mis rodillas; retornaba ansioso al juego para volver rodeado en llanto, mocos y ropas sucias nuevamente a donde mamá.

Entre la escuela, las manualidades, las vacaciones, las salidas en bicicleta, patineta, el super nintendo, los cumpleaños a los que me invitaban donde llenaba mis bolsillos de golosinas (para el camino...) y donde trataba de ganarme todos los premios de los típicos consursos.

Creo que los eventos más devastadores en mi desarrollo fue la muerte de abuelita, años más tarde el divorcio de mis padres, y la muerte de mi abuelito; fueron momentos difíciles que solo de recordarlos mis ojos se cristalizan. Esa fue mi angosta entrada a la adolecencia para muchos normal, para mi excepcional.

Huuyy que época, porque aparte de ser la edad del burro y acepto que también era rayado, osea una cebra completa. Con una reveldía e irreverencia que iba más allá comparado con otros muchachos de similar edad.
Las fiestas, los paseos, los amores; que fueron muy sanos, drámaticos a momentos no faltaron. No fui santo, es cierto, pero no fue por malo o por traicionero, fue la ansiedad de vivir a mil por hora, y ese sentimiento fue bajado sus revoluciones al nivel de la responsabilidad en la actualidad.
Mis amigos de barrio, siempre ocurridos, rompiendo vidrios de las casas o del mercado cuando jugábamos fútbol, la compentencia sana y la unión en los momentos difíciles. Las excursiones con mis hermanos Scouts, que inicialmente me incorporé para ver que novia podía conseguir, terminé enamorándome del movimiento y la filosofía vida del Scout (y si conseguí algunas novias...).
Las farras, las chumas, los horribles chuchaquis y la famosa frase: "no vuelvo a tomar..". Claro hasta la siguiente semana o "hasta la vuelta señor".
Hay el cole, mi Nacional Eloy Alfaro al norte de Quito, que maravilla... Hice de todo, deporte, política, arte, comunicación y donde empezé a visualizar claramente mis deseos de adulto y enfrentarme con problemas de verdad; ya sin el escudo de mi mamá. Donde justificarse no te deslinda de las consecuencias.
Creo que una de las características que a predominado en mi, ha sido enfrentar cara a cara a los problemas. Y si no me metía en problemas, no era yo (hasta ahora).

Ya al terminar el cole, dejé buenos amigos ahí, para continuar con la U, pero no contaba con que no aprobé luego de las evaluaciones de ingreso. Por lo que empecé a trabajar y a darme contra el mundo, aunque no fue tan duro el golpe ya que aprendí a caer de bebé y así volví a levantarme.
Trabajo, horarios, jefes, eran factores que modificaron mi vida. Mi primer trabajo de donde fui despedido, pero que no me afecto del todo porque había estado trabajando simultáneamente en otra empresa, necesitaba pagar mis "caprichos" y "golosinas". La verdad que aparte de esa vez no me han vuelto a despedir (Gracias a Dios).

Encontré el amor, (ella me sedujo jijiji...) formé mi familia, claro aunque muchos no consideran que es una gran familia (Sabrina y yo) para mi es la mejor, porque es mía. Aunque no tengo niños aún sé que cuando ellos vengan empezará otra etapa de mi vida: el ser Papá, que solo cuando lo escribo me estremese de emociones confusas, o ¿será mi hijo quién las aclare?.

Ahora después de veinticinco años de vida, creo que todos estamos locos, solo que la mayoría se ajusta al modelo social, mientras otros se arriesgan a vivir, a mostrar su locura y son catalogados de genios; otra cosa es que son genialmente locos.
He vivido mi locura a veces con sutileza otras con gran euforia; estoy satisfecho, estoy en paz y quiero más.. A seguir cumpliendo años y espero compartir con ustedes sobre mi vida y mi locura hasta cuando mi pelo se torne gris.

Los amo: Larly, Papá, mamá, mis hermanos y mi hermanita, mis sobrinos hermosos, mis cuñadas, mis tíos, mis prim@s, mis suegros, cuñados, mis amigos, mis compañeros, mis jefes, Osa.wI_O/

JoPhY

1 comentario:

  1. es bueno conocer mas de ti cada dia.....
    gracias por lo que me a tocado espero poder contribuir mas en tu felicidad...
    yo te amo mucho!! gracias por seguir aqui

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